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Ya sé que debería yo estar publicando reseñas y videos de lo todo lo que ando leyendo pero como habrán visto pues no es así ¿verdad? JA. Y (aunque suene a pretexto) neta que la vida de adulto apesta y está llena de un montón de cosas complejas, caray... pero ese no es el punto que vengo a tratar el día de hoy, madrugada para mí.
Y es que mientras me peleaba con la antena Wifi me vi en la necesidad de apagar la televisión mientras veía en Netflix "Los ilusionistas", muy buena hasta donde me quedé por cierto, en fin, me metí al Facebook y me voy topando con la publicación Chester:
#LectoPregunta: ¿Prestas tus libros?Posted by LectoBloggers on jueves, 24 de marzo de 2016
Esta pregunta es interesante y aquí voy, dos puntos y a parte.
Las personas que tienen este hábito de leer, procesar la información, digerirla y tomar lo bueno de hasta el "libro más malo del mundo" son pocas. Como poco común es que un mexicano tome un libro por gusto.
Admito: es un gusto (el de leer) por el cual es mínimo comparado con mi edad (y la vida no me va alcanzará para leer todo lo que en mi camino se presente). Sé, de antemano que un libro en este país está posicionado como objeto de lujo debido a su costo. Sin embargo, el primer libro de todas las etapas que tuve como lectora (edad: 8 años, libro: La vuelta al mundo en 80 días; edad: 14 años, libro: Historias de terror infantiles; edad: 19 años, libro: Dracula; edad: 24 años, libro: La citación) fueron prestados. Oh, sí. Gracias a cada una de esas personas de ante mano.
Pero… ¿y el meollo de prestarlos? Ok, cuestan. Sí, cuestan me queda claro y mucho, el dinero no se gana de manera fácil a la actualidad. Bueno, es que es mi favorito, vaya yo tengo diversos libros en esa categoría y no me interesa quemarme el algún infierno que me dispongan porque incluso los tengo rayados con rotuladores, marca texto, pluma, lápiz y con notas; ¡hasta he encontrado canciones para ellos! Porque el momento se ha prestado, porque me han marcado, porque todas esas palabras las he leído en un curioso momento que encajó.
Si yo he tenido esa explosión de sentimientos por qué le impediría a alguien más disfrutar la sensación de tenerla o incluso de crear todo un debate del por qué su opinión sobre ese texto es contraria a la mía… tal vez me digas: es que puede que no lo lea, no te lo devuelva, lo pierda, lo maltrate, se lo coma su perro y yo con mi galleta Oreo en la mano y un vaso de leche con Cal-C-Tose en la otra (porque las conversaciones de gran importancia las manejo de forma muy madura) te diré: ¿y?
¿Cuál es el problema? ¿El dinero que pagaste por él? ¿El aspecto físico, en el interior, el orden de las palabras va a cambiar? ¿El desinterés de la otra persona por no leerlo, ni devolverlo?
Seamos serios: ¿lo vas a volver a leer a corto o largo plazo? ¿Y si mueres mañana? Igual el libro no lo vas a poder leer de nuevo, es más, releer un libro a la actualidad por el modo de vida es bastante poco probable, ¿te toca un ratero culto y solo se lleva tus libros y no las joyas de la familia y aparatos electrónicos? ¿Qué hay de los desastres naturales o un incendio (no es mal augurio, no más digo)? ¿Te mudas y se pierden? Empiezo a creer que prestarlo o no involucra una parte de nosotros mismos a nivel psicológico, de actitud, de la forma de ser de uno en aspectos generales ante la vida y con quienes la compartimos.
Si bien tengo libros que no me han costado ni un peso, otros por el contrario han sido muy caros, fueron firmados por el autor o personas muy queridas me los han dedicado, yo ya los leí y obtuve de ellos lo que pude (y me convino), cierto, me he arriesgado a prestarlos, unos han pasado por más de 5 manos otros no han vuelto pero así mismo la vida me pone pruebas sobre lo que debo conservar y lo que debo atesorar en mi memoria (y corazón si nos queremos ver más románticos), lo que debo dejar ir por las buenas o malas y no hablo de objetos… las personas (aclarando que no las comparo ni tienen el valor de tal, no soy tan frívola) juegan un papel medianamente similar, tendemos a decir que hay personas malas, buenas, etc., y debemos moralmente tomar una decisión de seguir cerca de ella o por el contrario incluirla a un círculo social. La envidia en todos los aspectos, por dosis bajas o altas dicen que es mala así que "haiga sido como haiga sido" prefiero compartir la historia de primera mano a crear un mito de boca a boca sin fundamentos y fomentar la ignorancia (excluyamos a las antiguas culturas que vivían de ello, que no tenían los medios con los que contamos actualmente). Es muy bonito que alguien más te de la información digerida pero se descubren muchas más cosas cuando uno indaga en lo que hay detrás de…
En fin: sí, sí los presto, sí me arriesgo, de eso va la vida; comparto en la media que puedo, los demás también cuentan con la oportunidad de conocer lo que yo, como dicen por ahí: en mí que no quede, que se lea o devuelva yo ya obtuve mi parte para crecer intelectualmente y como persona.
¿Ustedes los prestan?
PD: sí, también tengo libros prestados y que no he devuelto pero soy consciente de ello. Por eso mi reto personal de este año es leerlos y devolverlos a sus dueños, eso sí, a la que está en Francia no, je, porque el envío sale muy caro, pero aquí lo sigo resguardando.
Ya sé que debería yo estar publicando reseñas y videos de lo todo lo que ando leyendo pero como habrán visto pues no es así ¿verdad? JA. Y (aunque suene a pretexto) neta que la vida de adulto apesta y está llena de un montón de cosas complejas, caray... pero ese no es el punto que vengo a tratar el día de hoy, madrugada para mí.
Y es que mientras me peleaba con la antena Wifi me vi en la necesidad de apagar la televisión mientras veía en Netflix "Los ilusionistas", muy buena hasta donde me quedé por cierto, en fin, me metí al Facebook y me voy topando con la publicación Chester:
#LectoPregunta: ¿Prestas tus libros?Posted by LectoBloggers on jueves, 24 de marzo de 2016
Esta pregunta es interesante y aquí voy, dos puntos y a parte.
Las personas que tienen este hábito de leer, procesar la información, digerirla y tomar lo bueno de hasta el "libro más malo del mundo" son pocas. Como poco común es que un mexicano tome un libro por gusto.
Admito: es un gusto (el de leer) por el cual es mínimo comparado con mi edad (y la vida no me va alcanzará para leer todo lo que en mi camino se presente). Sé, de antemano que un libro en este país está posicionado como objeto de lujo debido a su costo. Sin embargo, el primer libro de todas las etapas que tuve como lectora (edad: 8 años, libro: La vuelta al mundo en 80 días; edad: 14 años, libro: Historias de terror infantiles; edad: 19 años, libro: Dracula; edad: 24 años, libro: La citación) fueron prestados. Oh, sí. Gracias a cada una de esas personas de ante mano.
Pero… ¿y el meollo de prestarlos? Ok, cuestan. Sí, cuestan me queda claro y mucho, el dinero no se gana de manera fácil a la actualidad. Bueno, es que es mi favorito, vaya yo tengo diversos libros en esa categoría y no me interesa quemarme el algún infierno que me dispongan porque incluso los tengo rayados con rotuladores, marca texto, pluma, lápiz y con notas; ¡hasta he encontrado canciones para ellos! Porque el momento se ha prestado, porque me han marcado, porque todas esas palabras las he leído en un curioso momento que encajó.
Si yo he tenido esa explosión de sentimientos por qué le impediría a alguien más disfrutar la sensación de tenerla o incluso de crear todo un debate del por qué su opinión sobre ese texto es contraria a la mía… tal vez me digas: es que puede que no lo lea, no te lo devuelva, lo pierda, lo maltrate, se lo coma su perro y yo con mi galleta Oreo en la mano y un vaso de leche con Cal-C-Tose en la otra (porque las conversaciones de gran importancia las manejo de forma muy madura) te diré: ¿y?
¿Cuál es el problema? ¿El dinero que pagaste por él? ¿El aspecto físico, en el interior, el orden de las palabras va a cambiar? ¿El desinterés de la otra persona por no leerlo, ni devolverlo?
Seamos serios: ¿lo vas a volver a leer a corto o largo plazo? ¿Y si mueres mañana? Igual el libro no lo vas a poder leer de nuevo, es más, releer un libro a la actualidad por el modo de vida es bastante poco probable, ¿te toca un ratero culto y solo se lleva tus libros y no las joyas de la familia y aparatos electrónicos? ¿Qué hay de los desastres naturales o un incendio (no es mal augurio, no más digo)? ¿Te mudas y se pierden? Empiezo a creer que prestarlo o no involucra una parte de nosotros mismos a nivel psicológico, de actitud, de la forma de ser de uno en aspectos generales ante la vida y con quienes la compartimos.
Si bien tengo libros que no me han costado ni un peso, otros por el contrario han sido muy caros, fueron firmados por el autor o personas muy queridas me los han dedicado, yo ya los leí y obtuve de ellos lo que pude (y me convino), cierto, me he arriesgado a prestarlos, unos han pasado por más de 5 manos otros no han vuelto pero así mismo la vida me pone pruebas sobre lo que debo conservar y lo que debo atesorar en mi memoria (y corazón si nos queremos ver más románticos), lo que debo dejar ir por las buenas o malas y no hablo de objetos… las personas (aclarando que no las comparo ni tienen el valor de tal, no soy tan frívola) juegan un papel medianamente similar, tendemos a decir que hay personas malas, buenas, etc., y debemos moralmente tomar una decisión de seguir cerca de ella o por el contrario incluirla a un círculo social. La envidia en todos los aspectos, por dosis bajas o altas dicen que es mala así que "haiga sido como haiga sido" prefiero compartir la historia de primera mano a crear un mito de boca a boca sin fundamentos y fomentar la ignorancia (excluyamos a las antiguas culturas que vivían de ello, que no tenían los medios con los que contamos actualmente). Es muy bonito que alguien más te de la información digerida pero se descubren muchas más cosas cuando uno indaga en lo que hay detrás de…
En fin: sí, sí los presto, sí me arriesgo, de eso va la vida; comparto en la media que puedo, los demás también cuentan con la oportunidad de conocer lo que yo, como dicen por ahí: en mí que no quede, que se lea o devuelva yo ya obtuve mi parte para crecer intelectualmente y como persona.
¿Ustedes los prestan?
PD: sí, también tengo libros prestados y que no he devuelto pero soy consciente de ello. Por eso mi reto personal de este año es leerlos y devolverlos a sus dueños, eso sí, a la que está en Francia no, je, porque el envío sale muy caro, pero aquí lo sigo resguardando.
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