El libro al estar en el sello A la orilla del viento en la sección “Para los grandes lectores” me cuestioné qué tan atrevido iba a estar, ya que el Fondo de Cultura Económica a veces no se tienta mucho para censurar algunos temas en los textos. Bien, este libro no fue la excepción. 

Una serie de ocho relatos con adolescentes como protagonistas, ambientados en Inglaterra, cada uno cuenta una historia muy diferente de la otra, no se unen entre sí de manera que se pueden leerse en cualquier orden. 

“La cámara asesina” es el primer relato. Comienza tranquilo, tiene una buena carga de suspenso para las infancias con su final ni muy, muy, ni tan, tan, fue bastante abierto por lo que me hizo cuestionarme si los relatos irían en ascenso o todos serían del estilo. El protagonista va en busca de un regalo de cumpleaños para su papá a un bazar, no es muy común este tipo de “mercados” en México pero algo así como el Chopo podría ser lo más parecido; lo que encuentra es una cámara fotográfica antigua y lo que parece una ganga se convierte en una entera maldición desde el momento uno en que dispara la primera foto para revisar que funcione bien. 

“Relámpago”, es el segundo relato. Me dejo con las cejas levantadas, la narrativa sube dos rayitas para bien pero también sentí el subir de nivel de “wow, aquí ya habemos muertos, ¿nos vamos a ir recio, ya?, efectivamente. El padre de un chico compra la computadora de un colaborador del trabajo que recién fallece. Nuestro protagonista pronto se da cuenta que la computadora tiene muchas “cosas que decir”, él y su amigo ven la forma de sacarle provecho y deciden acudir a con otro ex estudiante pero este al ver el gran potencial para ganar dinero fácil y es precisamente esto lo que se convierte en una dulce venganza desde el más allá. 

Siguiendo con la tecnología, el relato tres “Una carrera en juegos de computadora”, se sintió bastante más largo pero con mucha tensión en su elaboración. Me recordó al episodio de “La historia del Campeón de videojuegos” del programa Le temes a la oscuridad sólo que mucho, mucho más violento, esto volvió a subirle el nivel otras dos rayas a la intensidad libro. Un chico adicto a los videojuegos, no ve el oficio ni beneficio de ser alguien en la vida. Una tarde encuentra un anuncio de trabajo en el cual no piden requisitos simplemente gusto por los videojuegos, decide postularse, desde que acude a la entrevista todo es extraño, desde el lugar, las personas que lo atienden y una vez que sale del lugar todo se torna violento. Cuando se ha dado cuenta que ha sucedido decide volver atrás, ¿será muy tarde para remediarlo? 

El relato que sentí más impactante por todos los aspectos narrativos fue el cuarto, “El hombre de la cara amarilla”. La tensión y los hechos al final sí me dejaron con la mirada en el infinito. Un chico de 13 años es enviado con sus tíos a recorrer una parte de la ciudad, sus padres están en medio del proceso de divorcio y ellos no quieren que él esté presente cuando uno de ellos se mude de la casa. Al final de su viaje, en la estación encuentra una maquina para tomarse una serie de fotos, decide gastar el dinero que le queda y al verlas, una de ella es particularmente aterradora a partir de ahí tiene un muy mal presentimiento, el final es atroz. 

El quinto relato es mucho más relajado y con el final un tanto gracioso. “La ruta nocturna”, es un par de hermanos que acuden a una fiesta, el tiempo se les va y ahora se encuentran con problemas para regresar a casa. La única forma que encuentran para volver es tomar un autobús que va haciendo distintas paradas por la ciudad que no tienen sentido, los que abordan son cada vez más extraños y hacen comentarios muy raros. Para cuando el hermano mayor se da cuenta que lo mejor será bajarse, su hermano que todo el trayecto se quedó dormido, no entiende qué le pasa. Al día siguiente su mamá, a parte de regañarlos por llegar tarde, les revela qué tipo de autobús abordaron… uno que solo recorre las calles una vez al año en una ruta nocturna. 

“El horrible sueño de Harriet”, es el sexto relato. Es el segundo relato más impactante del libro, y aquí es donde todo me tiembla. Una niña mimada de pronto recibe la noticia de que tendrá que prescindir de todo lujo debido a que sus padres se quedaron sin dinero, irá con el conocido del papá y nunca volverá a verlos. La niña los toma de a locos pero el hombre se la lleva y le advierte que tendrá que trabajar duro, la protagonista no le ve sentido a lo que está pasando y no cree que sea real, todo parece ser un sueño pero y, ¿si no lo es…? Este relato tiene muchos mensajes que un adulto claramente puede entender sin problema su trasfondo, lo que lo vuelve mucho más aterrador. 

El séptimo relato “Espanto”, con un chico rebelde y grosero hasta cierto punto se siente como una justicia para sus familiares, no me aporta mucho pero siento que ya he leído uno parecido en algún lado, solo que no recuerdo de dónde. Su madre lo lleva al campo donde vive su abuela para pasar las vacaciones, él todo enojado piensa en la manera de hacerles la estancia imposible. Una mañana decide salir a recorrer los maizales, su familia le advierte que salirse del camino podría ser peligroso, claramente él no las escucha y es el campo quien le da una lección que no olvidará nunca. 

El último relato es un gran cierre, “Hora de bañarse” aunque es un recurso muy usado en las películas, ¡uf! leer una versión con una adolescente reivindica la trama y el resultado. El terror que puede llevar a la locura a una infancia pero que termine rebotando en otro personaje fue tejer de manera sutil distintos hilos que te dejan sobrepensado todo lo que sucedió ya que tiene un final abierto. Comprar una antigüedad ya quedo claro que no es la mejor decisión, al parecer esta familia va sufrir las consecuencias de adquirir lo que parece una simple tina de baño. 

Cada relato cuenta con distintas lecturas que se pueden trabajar para explicar temas sociales, psicológicos, de personalidad sobre todo en la etapa de la adolescencia y como algunas otras (fuera de la trama de terror) puede tener consecuencias muy graves.

Publiqué mi reacción leyendo cada cuento en mi cuenta de TikTok y fue muy gratificante que aquellos que comentaban decían que fue una de las grandes joyas que leyeron en su infancia, que los marcó de una manera significativa, lo cual me dice que el libro no solo fue una genialidad para mí, sino que los lectores que se llevan una gran experiencia y como adultos puede que sigan recomendando estas historias. 

Me gustó bastante, entra sin duda a mi colección de libros de LIJ que recomendaré cada que aquellos valientes se quieran sorprender con cuentos infantiles. Es fácil y rápido de leer, es accesible económicamente y puede ser un buen regalo en cualquier momento para atrapar a nuevos lectores, recuerdo que los primeros libros que leía eran unos de cuentos de miedo y sin duda quería leer más.

El libro al estar en el sello A la orilla del viento en la sección “Para los grandes lectores” me cuestioné qué tan atrevido iba a estar, ya que el Fondo de Cultura Económica a veces no se tienta mucho para censurar algunos temas en los textos. Bien, este libro no fue la excepción. 

Una serie de ocho relatos con adolescentes como protagonistas, ambientados en Inglaterra, cada uno cuenta una historia muy diferente de la otra, no se unen entre sí de manera que se pueden leerse en cualquier orden. 

“La cámara asesina” es el primer relato. Comienza tranquilo, tiene una buena carga de suspenso para las infancias con su final ni muy, muy, ni tan, tan, fue bastante abierto por lo que me hizo cuestionarme si los relatos irían en ascenso o todos serían del estilo. El protagonista va en busca de un regalo de cumpleaños para su papá a un bazar, no es muy común este tipo de “mercados” en México pero algo así como el Chopo podría ser lo más parecido; lo que encuentra es una cámara fotográfica antigua y lo que parece una ganga se convierte en una entera maldición desde el momento uno en que dispara la primera foto para revisar que funcione bien. 

“Relámpago”, es el segundo relato. Me dejo con las cejas levantadas, la narrativa sube dos rayitas para bien pero también sentí el subir de nivel de “wow, aquí ya habemos muertos, ¿nos vamos a ir recio, ya?, efectivamente. El padre de un chico compra la computadora de un colaborador del trabajo que recién fallece. Nuestro protagonista pronto se da cuenta que la computadora tiene muchas “cosas que decir”, él y su amigo ven la forma de sacarle provecho y deciden acudir a con otro ex estudiante pero este al ver el gran potencial para ganar dinero fácil y es precisamente esto lo que se convierte en una dulce venganza desde el más allá. 

Siguiendo con la tecnología, el relato tres “Una carrera en juegos de computadora”, se sintió bastante más largo pero con mucha tensión en su elaboración. Me recordó al episodio de “La historia del Campeón de videojuegos” del programa Le temes a la oscuridad sólo que mucho, mucho más violento, esto volvió a subirle el nivel otras dos rayas a la intensidad libro. Un chico adicto a los videojuegos, no ve el oficio ni beneficio de ser alguien en la vida. Una tarde encuentra un anuncio de trabajo en el cual no piden requisitos simplemente gusto por los videojuegos, decide postularse, desde que acude a la entrevista todo es extraño, desde el lugar, las personas que lo atienden y una vez que sale del lugar todo se torna violento. Cuando se ha dado cuenta que ha sucedido decide volver atrás, ¿será muy tarde para remediarlo? 

El relato que sentí más impactante por todos los aspectos narrativos fue el cuarto, “El hombre de la cara amarilla”. La tensión y los hechos al final sí me dejaron con la mirada en el infinito. Un chico de 13 años es enviado con sus tíos a recorrer una parte de la ciudad, sus padres están en medio del proceso de divorcio y ellos no quieren que él esté presente cuando uno de ellos se mude de la casa. Al final de su viaje, en la estación encuentra una maquina para tomarse una serie de fotos, decide gastar el dinero que le queda y al verlas, una de ella es particularmente aterradora a partir de ahí tiene un muy mal presentimiento, el final es atroz. 

El quinto relato es mucho más relajado y con el final un tanto gracioso. “La ruta nocturna”, es un par de hermanos que acuden a una fiesta, el tiempo se les va y ahora se encuentran con problemas para regresar a casa. La única forma que encuentran para volver es tomar un autobús que va haciendo distintas paradas por la ciudad que no tienen sentido, los que abordan son cada vez más extraños y hacen comentarios muy raros. Para cuando el hermano mayor se da cuenta que lo mejor será bajarse, su hermano que todo el trayecto se quedó dormido, no entiende qué le pasa. Al día siguiente su mamá, a parte de regañarlos por llegar tarde, les revela qué tipo de autobús abordaron… uno que solo recorre las calles una vez al año en una ruta nocturna. 

“El horrible sueño de Harriet”, es el sexto relato. Es el segundo relato más impactante del libro, y aquí es donde todo me tiembla. Una niña mimada de pronto recibe la noticia de que tendrá que prescindir de todo lujo debido a que sus padres se quedaron sin dinero, irá con el conocido del papá y nunca volverá a verlos. La niña los toma de a locos pero el hombre se la lleva y le advierte que tendrá que trabajar duro, la protagonista no le ve sentido a lo que está pasando y no cree que sea real, todo parece ser un sueño pero y, ¿si no lo es…? Este relato tiene muchos mensajes que un adulto claramente puede entender sin problema su trasfondo, lo que lo vuelve mucho más aterrador. 

El séptimo relato “Espanto”, con un chico rebelde y grosero hasta cierto punto se siente como una justicia para sus familiares, no me aporta mucho pero siento que ya he leído uno parecido en algún lado, solo que no recuerdo de dónde. Su madre lo lleva al campo donde vive su abuela para pasar las vacaciones, él todo enojado piensa en la manera de hacerles la estancia imposible. Una mañana decide salir a recorrer los maizales, su familia le advierte que salirse del camino podría ser peligroso, claramente él no las escucha y es el campo quien le da una lección que no olvidará nunca. 

El último relato es un gran cierre, “Hora de bañarse” aunque es un recurso muy usado en las películas, ¡uf! leer una versión con una adolescente reivindica la trama y el resultado. El terror que puede llevar a la locura a una infancia pero que termine rebotando en otro personaje fue tejer de manera sutil distintos hilos que te dejan sobrepensado todo lo que sucedió ya que tiene un final abierto. Comprar una antigüedad ya quedo claro que no es la mejor decisión, al parecer esta familia va sufrir las consecuencias de adquirir lo que parece una simple tina de baño. 

Cada relato cuenta con distintas lecturas que se pueden trabajar para explicar temas sociales, psicológicos, de personalidad sobre todo en la etapa de la adolescencia y como algunas otras (fuera de la trama de terror) puede tener consecuencias muy graves.

Publiqué mi reacción leyendo cada cuento en mi cuenta de TikTok y fue muy gratificante que aquellos que comentaban decían que fue una de las grandes joyas que leyeron en su infancia, que los marcó de una manera significativa, lo cual me dice que el libro no solo fue una genialidad para mí, sino que los lectores que se llevan una gran experiencia y como adultos puede que sigan recomendando estas historias. 

Me gustó bastante, entra sin duda a mi colección de libros de LIJ que recomendaré cada que aquellos valientes se quieran sorprender con cuentos infantiles. Es fácil y rápido de leer, es accesible económicamente y puede ser un buen regalo en cualquier momento para atrapar a nuevos lectores, recuerdo que los primeros libros que leía eran unos de cuentos de miedo y sin duda quería leer más.

Una historia de fantasía donde un México se cubrió de violencia por el Señor Muerte, donde los niños muertos no van a permitir que un niño vivo se convierta en uno de ellos, ¿sueña bastante crudo, cierto? La verdad es que el libro está lleno de metáforas para rodear el tema de la muerte y plantearlo al publico infantil… o juvenil, desde mi humilde opinión.

LITERATURA INFANTIL PARA ADULTOS

Hay una cosa que me voy a sacar de la manga y será un neologismo para definir un género literario, les presento a: “LIJdultacy” (loc. verb. coloq. espanglish) para definir aquella Literatura Infantil y Juvenil que una vez llegado a los lectores, es preferida entre adultos. Aunque ciertamente no cuento con una estadística definida sobre cuántos niños leen algunos libros, ya que eso suele hacerse en la comodidad de sus casas lejos de la exposición a las redes sociales, a diferencia de los adultos que andamos pululando nuestra opinión en ellas para que las historias lleguen lo más lejos posible; bueno y a reserva de que pueda estar infravalorado la capacidad cognitiva de los niños y jóvenes para la aceptación de algunos temas plasmados en los libros debido a mis valores y apreciación del mundo, me gustaría catalogar La balada de los niños muertos como un libro de LIJdualtacy.

LA HISTORIA

Primero que nada, déjame te comparto que este libro esta conformado por una serie de microcuentos, anuncios, mensajes, historias o narrativas que al inicio parecen estar hablando de todo y de nada, una revoltura, pero que con el paso de las hojas y ayuda de las ilustraciones llega un punto en el que todo cobra sentido, ¡claro, pues resulta que todo está unido entre sí! Y eso es de mis cosas favoritas, libros que he leído y cuentan con la misma estructura serían Novela B, de Mónica Bustos o El tren equivocado, de Jeremy De Quidt. Otro punto que me básicamente determinó mi compra fueron las imágenes, la técnica es de acuarela y son ¡una pasada!

El clímax del libro está muy bien situado por un plot twist, que no deliberé previamente pero tampoco es que sea de las que se pase haciendo teorías a cada cambio de hoja. Para entonces, dentro de los cuentos las cosas, situaciones, personajes, etc. se convierte en un hilo conductor que se ve envuelto con los personajes, a excepción de cuatro cuentos que no vienen al cuento, uno es de alebrijes, otro habla de tulipanes, una noticia sobre un librero y el ultimo de helados, honestamente me quedé con cara de what? En el intermedio, los personajes libran una batalla muy épica y el final, es nostálgico.

La cosa aquí es que mientras uno como adulto lee, se cuestiona si esto podría leerlo un niño, de qué edad sería este niño, puede retener la atención con la historia, si mejor se lo das a un adolescente, pero… qué tipo de adolescente puede ser captado por un tema relacionado con la muerte. Y es que no he llegado a la parte del tema central, ya que este libro está centrado en un asesino, con unos niños muertos que buscan librarse de Señor Muerte, que desean que no muera otro niño más del pueblo porque la justicia está viciada y nadie ni nada ha podido aliviar el dolor de las personas.

La narrativa por partes es directa, en otras es metafórica y con la primera debo decir que aplausos, ya que este tipo de narrativas suele solo permitírsele a autores latinoamericanos, he leído historias de Argentina, Chile o Colombia en las que el autor expresa el asedio del gobierno (principalmente) para dar forma a su historia, en México, por el contrario, parece que nos da miedo contar las historias como son y recurren más a la LIJ de fantasía, tal vez porque ese tipo de temas los tenemos como tabú a sabiendas que son situaciones que el país afronta día a día como el crimen organizado, desapariciones forzadas, violencia intrafamiliar, violaciones u homicidios que las infancias están atravesando y serán parte contundente de qué giro le den a su vida como adultos.

No voy a teorizar sobre si el autor escribió así por tal o cual razón pero si puede ser una pauta para inhalar, tomar fuerzas y continuar con la vida, porque las razones para vivirla son muchas, aunque duela con todo que aquellos que ya no están con nosotros no cambien, queden congelados en el tiempo y lo que se sienta sea un vacío sin sentido lleno de cuestionamientos. Al tiempo que escribo este texto, en el transcurso del año que presenciado cuatro fallecimientos, cada uno de distinto nivel de dolor personal pero una historia como está si bien no aleja mi dolor/preocupación me da paz para seguir otro día más honrando su tiempo y compartiendo recuerdos.

Entonces, me replanteo si este tipo de libros también pueden funcionar como apoyo para hacer a algunas infancias conscientes de que detrás de todo esto hay una verdad cruda y se logre hacer comunidad de entendimiento y/o trabajo o como apoyo en terapias, estudio, etc.. Es así como el termino “LIJdultacity” cobra mucho más sentido, porque no sería un libro que recorra su vida mayormente entre niños y jovenes sino entre adultos para su reflexión. Con esto, mi neologismo, podría justificar alguno de los premios que ha recibido la obra pero que tampoco es que podamos llegar a un acuerdo muy certero pues los adultos somos los que elegimos escribir para niños y jóvenes, los adultos editan los textos, los adultos autorizan la venta y distribución de la LIJ y los adultos decidimos si pagamos o no por un libro ya sea para leerlo o dejar que un menor lo lea.  

Si no te da miedo que las infancias y los jóvenes conozcan los temas como son, quieres compartir historias con ellos La balada de los niños muertos del escritor mexicano Efraín Blanco es un buen libro para ser leído, de esta forma también fomentamos las ideas del talento nacional. Otra de las cualidades que tiene este libro (como muchos de LIJ) es que puede que el autor haya mezclado algunas cuestiones creativas porque muchos de los textos tienen formas peculiares que podrían interpretarse dentro de la misma historia o complementarla junto al resto de las ilustraciones de Daniele Serra. 

Sin duda me encantó mucho porque que tiene formas variadas de lectura: puede ser una rápida, solo con las imágenes, buscando minas escondidas, el acomodo del texto no es uniforme, puede dar apertura a preguntas, explicación de realidades, puede ser un apoyo a la Tanatología, da pie a la búsqueda de lo que es la muerte como cultura mexicana y con ello el valor que le pongo yo a este libro es alto, porque sí es un libro que pueden disfrutar las infancias de la mano de los adultos, ehem… nosotros quienes muchas veces tenemos más miedo a enfrentar los temas que otros adultos, unos atrevidos, escribieron para lectores jóvenes.

Una historia de fantasía donde un México se cubrió de violencia por el Señor Muerte, donde los niños muertos no van a permitir que un niño vivo se convierta en uno de ellos, ¿sueña bastante crudo, cierto? La verdad es que el libro está lleno de metáforas para rodear el tema de la muerte y plantearlo al publico infantil… o juvenil, desde mi humilde opinión.

LITERATURA INFANTIL PARA ADULTOS

Hay una cosa que me voy a sacar de la manga y será un neologismo para definir un género literario, les presento a: “LIJdultacy” (loc. verb. coloq. espanglish) para definir aquella Literatura Infantil y Juvenil que una vez llegado a los lectores, es preferida entre adultos. Aunque ciertamente no cuento con una estadística definida sobre cuántos niños leen algunos libros, ya que eso suele hacerse en la comodidad de sus casas lejos de la exposición a las redes sociales, a diferencia de los adultos que andamos pululando nuestra opinión en ellas para que las historias lleguen lo más lejos posible; bueno y a reserva de que pueda estar infravalorado la capacidad cognitiva de los niños y jóvenes para la aceptación de algunos temas plasmados en los libros debido a mis valores y apreciación del mundo, me gustaría catalogar La balada de los niños muertos como un libro de LIJdualtacy.

LA HISTORIA

Primero que nada, déjame te comparto que este libro esta conformado por una serie de microcuentos, anuncios, mensajes, historias o narrativas que al inicio parecen estar hablando de todo y de nada, una revoltura, pero que con el paso de las hojas y ayuda de las ilustraciones llega un punto en el que todo cobra sentido, ¡claro, pues resulta que todo está unido entre sí! Y eso es de mis cosas favoritas, libros que he leído y cuentan con la misma estructura serían Novela B, de Mónica Bustos o El tren equivocado, de Jeremy De Quidt. Otro punto que me básicamente determinó mi compra fueron las imágenes, la técnica es de acuarela y son ¡una pasada!

El clímax del libro está muy bien situado por un plot twist, que no deliberé previamente pero tampoco es que sea de las que se pase haciendo teorías a cada cambio de hoja. Para entonces, dentro de los cuentos las cosas, situaciones, personajes, etc. se convierte en un hilo conductor que se ve envuelto con los personajes, a excepción de cuatro cuentos que no vienen al cuento, uno es de alebrijes, otro habla de tulipanes, una noticia sobre un librero y el ultimo de helados, honestamente me quedé con cara de what? En el intermedio, los personajes libran una batalla muy épica y el final, es nostálgico.

La cosa aquí es que mientras uno como adulto lee, se cuestiona si esto podría leerlo un niño, de qué edad sería este niño, puede retener la atención con la historia, si mejor se lo das a un adolescente, pero… qué tipo de adolescente puede ser captado por un tema relacionado con la muerte. Y es que no he llegado a la parte del tema central, ya que este libro está centrado en un asesino, con unos niños muertos que buscan librarse de Señor Muerte, que desean que no muera otro niño más del pueblo porque la justicia está viciada y nadie ni nada ha podido aliviar el dolor de las personas.

La narrativa por partes es directa, en otras es metafórica y con la primera debo decir que aplausos, ya que este tipo de narrativas suele solo permitírsele a autores latinoamericanos, he leído historias de Argentina, Chile o Colombia en las que el autor expresa el asedio del gobierno (principalmente) para dar forma a su historia, en México, por el contrario, parece que nos da miedo contar las historias como son y recurren más a la LIJ de fantasía, tal vez porque ese tipo de temas los tenemos como tabú a sabiendas que son situaciones que el país afronta día a día como el crimen organizado, desapariciones forzadas, violencia intrafamiliar, violaciones u homicidios que las infancias están atravesando y serán parte contundente de qué giro le den a su vida como adultos.

No voy a teorizar sobre si el autor escribió así por tal o cual razón pero si puede ser una pauta para inhalar, tomar fuerzas y continuar con la vida, porque las razones para vivirla son muchas, aunque duela con todo que aquellos que ya no están con nosotros no cambien, queden congelados en el tiempo y lo que se sienta sea un vacío sin sentido lleno de cuestionamientos. Al tiempo que escribo este texto, en el transcurso del año que presenciado cuatro fallecimientos, cada uno de distinto nivel de dolor personal pero una historia como está si bien no aleja mi dolor/preocupación me da paz para seguir otro día más honrando su tiempo y compartiendo recuerdos.

Entonces, me replanteo si este tipo de libros también pueden funcionar como apoyo para hacer a algunas infancias conscientes de que detrás de todo esto hay una verdad cruda y se logre hacer comunidad de entendimiento y/o trabajo o como apoyo en terapias, estudio, etc.. Es así como el termino “LIJdultacity” cobra mucho más sentido, porque no sería un libro que recorra su vida mayormente entre niños y jovenes sino entre adultos para su reflexión. Con esto, mi neologismo, podría justificar alguno de los premios que ha recibido la obra pero que tampoco es que podamos llegar a un acuerdo muy certero pues los adultos somos los que elegimos escribir para niños y jóvenes, los adultos editan los textos, los adultos autorizan la venta y distribución de la LIJ y los adultos decidimos si pagamos o no por un libro ya sea para leerlo o dejar que un menor lo lea.  

Si no te da miedo que las infancias y los jóvenes conozcan los temas como son, quieres compartir historias con ellos La balada de los niños muertos del escritor mexicano Efraín Blanco es un buen libro para ser leído, de esta forma también fomentamos las ideas del talento nacional. Otra de las cualidades que tiene este libro (como muchos de LIJ) es que puede que el autor haya mezclado algunas cuestiones creativas porque muchos de los textos tienen formas peculiares que podrían interpretarse dentro de la misma historia o complementarla junto al resto de las ilustraciones de Daniele Serra. 

Sin duda me encantó mucho porque que tiene formas variadas de lectura: puede ser una rápida, solo con las imágenes, buscando minas escondidas, el acomodo del texto no es uniforme, puede dar apertura a preguntas, explicación de realidades, puede ser un apoyo a la Tanatología, da pie a la búsqueda de lo que es la muerte como cultura mexicana y con ello el valor que le pongo yo a este libro es alto, porque sí es un libro que pueden disfrutar las infancias de la mano de los adultos, ehem… nosotros quienes muchas veces tenemos más miedo a enfrentar los temas que otros adultos, unos atrevidos, escribieron para lectores jóvenes.

Como en toda la literatura, las historias tienen muchos personajes, claro su protagonista también, pero uno pensaría al ver ¡Lorenza, bájate del perro! de Toño Malpica que será una atrevida niña la que pondrá esta historia de cabeza, y sí, aunque sin duda a ese papá que vemos en la portada nos sacará sonrisas. 

Como en toda la literatura, las historias tienen muchos personajes, claro su protagonista también, pero uno pensaría al ver ¡Lorenza, bájate del perro! de Toño Malpica que será una atrevida niña la que pondrá esta historia de cabeza, y sí, aunque sin duda a ese papá que vemos en la portada nos sacará sonrisas.